Quiero expresar mi punto de vista del intercambio de palabras con la concejal Patricia Lazarte, el jueves 21 de marzo, después de las 10.30. La edil manifestó desde la banca, al finalizar la sesión, que fue agredida, y dijo con liviandad: “Hostiga al Concejo Deliberante”.  

El hecho fue antes de empezar la sesión Nº 6; estaba con el colega Alejandro Melchert, testigo del suceso, dialogando sobre la tardanza del inicio de la sesión, afuera del recinto. En ese momento ingresaba la edil Patricia Lazarte; dije, al colega, que debía empezar el encuentro a las 9.30, pero tenía media hora de tolerancia. En tanto, la concejal Lazarte se acercó, miró, y expresó: “¿Qué decís vos?”, con las dos manos en la cintura; una actitud de choque. Contesté que no estaba hablando de ella, pero allí comenzó una serie de cruces de palabras.

No agredí a la concejal Lazarte, en cambio, ella manifestó que “hostigo” al Concejo y que soy “falso”. Expresé hechos que tienen indicios y verdades, que se desarrollará en una nota al Concejo Deliberante, la misma se presentará entre el lunes y martes de la próxima semana.

Por suerte hay un testigo. Pero sucedió un hecho particularísimo. El presidente del Concejo Deliberante, Leonardo Sánchez, indicó –después de Lazarte- que debía expresar un perdón público por la agresión. Esta actitud, para mí, constituye una violación del legítimo derecho a defensa.  

Sánchez conocía el relato de Lazarte, su versión subjetiva de los hechos, debió mocionar un descargo, una defensa, ya sea por escrito o verbal, pero me prejuzgó sin investigar, sin conocer los detalles del cortocircuito entre ambos y su origen. Prácticamente la defendió, por supuesto que a una mujer agredida se debe proteger; pero es necesario ampliar la mirada.

Patricia Lazarte es concejal, tiene protección legal o fuero; es decir, el derecho de inmunidad de expresión, de no ser molestada por la Justicia, salvo en caso de evidente delito.      

El presidente Leonardo Sánchez, para mí, prejuzgó, violó a priori el Art. 18 de la Constitución Nacional; el Art. 48 inciso 1 de la Constitución de Santiago del Estero, dejándome en clara indefensión.

Por ello, presentaré mi descargo ante el cuerpo de concejales para su investigación. Insistiré que no agredí, que existe un testigo; pero la concejal me agredió, dijo que soy un “hostigador”, una palabra con carga violenta; y un “falso”, alguien contrario a la verdad o realidad.

La concejal Patricia Lazarte tergiversó y omitió los hechos, cuando habló desde la banca y al manifestarse a la emisora local 91.1 Mhz, luego a la 94.5 Mhz, dejando un mensaje que tendría actitud de golpear. Hecho que es totalmente falso y existe un testigo.  

Dos cosas; por un lado, se violó el legitimo derecho a defensa; por otro, se relató los hechos con omisiones y con demasiada subjetividad, pero el evento existió.

Intentaré, en notas posteriores, disminuir la subjetividad, y el periodista José Justel se someterá a la investigación de los ediles, pero defenderá sus derechos.